11 de julio de 2025

Portal Agropecuario

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Un funcionario que no sabía qué iba a hacer el INTA… pero sigue al mando

Bronzovich ratificado en el INTA: el agro, otra vez sin ser escuchado

Dos meses después de evitar responder sobre el futuro del organismo y agredir al periodismo agropecuario, Nicolás Bronzovich fue ratificado como Presidente con rango de Secretario  a cargo del INTA. El sector rural, otra vez, quedó fuera de la conversación.

Hace apenas dos meses, Bronzovich no supo —o no quiso— explicar qué rumbo tomaría el INTA. Hoy, el Gobierno lo confirma como titular  a cargo. La noticia, lejos de apaciguar los ánimos, revive las preguntas que siguen sin respuesta. ¿Qué INTA quiere el oficialismo? ¿Cómo se pretende modernizar un organismo sin consultar al sector que lo sostiene? ¿Y qué señales se dan cuando se premia a quien despreció al periodismo y evadió rendir cuentas?

Bronzovich fue protagonista de un episodio que aún resuena en la comunidad agropecuaria. Durante una entrevista en el Simposio Fertilizar, y ante preguntas sobre la reestructuración del INTA, no solo eludió definiciones clave sino que respondió con insultos a periodistas especializados, llegando a tildarlos de “hijos de puta” y ordenándoles que “se pongan a laburar”. Nada menos que el titular del principal organismo técnico del agro argentino reaccionando con violencia verbal cuando se le pidió claridad institucional.

“Ni el peor profesor me hizo una pregunta tan difícil”, dijo entonces, en tono burlón, cuando se le consultó por las líneas estratégicas del INTA en el nuevo esquema estatal. Esa declaración, además del agravio, dejó algo aún más preocupante: el reconocimiento de no tener una idea clara sobre el futuro del instituto que dirige.

Gobierno que dice modernizar, pero designa sin debatir

La paradoja es evidente: el Gobierno que promete reestructuración, eficiencia y profesionalismo, termina ratificando en el cargo a un funcionario que —en sus propias palabras— no podía responder qué quería hacer con el INTA. La medida no solo desconcierta, sino que confirma que las decisiones se están tomando sin diálogo con los técnicos, productores y profesionales del agro.

Hay dos escenarios posibles, ambos inquietantes. O Bronzovich realmente no sabía qué se estaba planificando para el organismo que presidía —que sería grave por desconocimiento—, o sí lo sabía y decidió no decirlo — sería grave por ocultamiento—. En cualquiera de los dos casos, su permanencia expone el desdén del Estado hacia quienes trabajan, investigan y comunican desde y para el campo argentino.

Miles de trabajadores en vilo, y una conducción sin respuestas

El INTA emplea a más de 6.000 personas entre técnicos, investigadores, ingenieros agrónomos ,  veterinarios y personal de administración . Desarrolla proyectos en todo el país, asiste a pequeños productores, impulsa la innovación en territorios rurales y es materia de consulta internacional. Por supuesto que hay que borrar la militancia , de este y de todos los estamentos públicos. Porque cuando el Estado paga un militante lo pagamos todos . Pero qué impacto se puede lograr si su conducción no tiene un norte claro? ¿Qué mensaje se envía a quienes sostienen su estructura desde hace décadas?

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Desde que comenzó la reestructuración, las decisiones del Gobierno nacional han sido tomadas de forma unilateral, sin el consenso de las organizaciones rurales, sin el respaldo de los equipos técnicos, y —ahora también se confirma— sin un liderazgo institucional sólido en la cabeza del organismo.

Una oportunidad perdida para construir confianza

El maltrato al periodismo agropecuario no fue un error menor. Fue una muestra de cómo se busca gestionar sin rendir cuentas, sin aceptar preguntas y sin reconocer que es parte de las reglas del juego. Bronzovich no ofreció disculpas públicas, no rectificó sus dichos, y ahora fue confirmado como Presidente del INTA.

Porque cuando un gobierno que dice apostar por la transparencia elige ratificar a quien responde con agravios en lugar de argumentos, no solo se pierde una oportunidad de diálogo: se erosiona la confianza del sector.

Horacio Esteban