
Desde La Teresa y La Virginia, impulsa una producción ovina basada en genética, eficiencia a campo y visión comercial: “El mejor marketing es el cliente que vuelve”.
Hugo Cardoso nació entre ovejas. La historia de su familia con la raza Hampshire Down tiene más de 60 años, pero desde hace seis decidió abrir su propio juego: fundó Cabaña La Teresa sin dejar de estar presente en La Virginia, la cabaña que su padre forjó en el tiempo. Hoy, entre ambas, manejan unos 450 animales bajo un esquema de producción mixta que combina ovinos con rodeo de cría, tambo y agricultura.
“No usamos suplementación intensiva, buscamos rusticidad con manejo a campo, aprovechamos pasturas, rastrojos y verdeos. Queremos que el animal se adapte a cualquier sistema productivo”, explica Cardoso, que a sus 36 años combina tradición con una mirada práctica sobre la eficiencia y la proyección comercial.
Su eje está claro: la genética como motor, pero siempre pensada desde la carne. “El manejo es todo para reproductores, pero con destino final en rodeos de consumo. Apuntamos a que lo que vendemos termine siendo carne en la mesa”, detalla.
Cardoso tiene una definición rotunda sobre su estrategia comercial: “Mi viejo siempre decía que la propaganda la tiene que hacer el animal. Si el cliente vuelve a comprar, es porque le funcionó. Ese es el mejor marketing que puede tener una cabaña”.
En ese camino, valora el cambio que impulsa la propia asociación: “Hoy se trabaja mucho en la calidad productiva y se pone el foco en lo que no se ve, que es lo que lleva dentro el animal”, reflexiona.
El desafío que lo entusiasma —aunque reconoce que no es sencillo— es fomentar el consumo masivo de carne ovina. “Hay que correrse de la idea del cordero para reuniones grandes y pensar en cortes específicos que puedan entrar en la mesa cotidiana. Es difícil, porque el argentino no tiene esa cultura, pero vale la pena intentarlo”, afirma.
Sin grandes alardes, Cardoso sostiene su proyecto con objetivos concretos: seguir avanzando en genética, fortalecer la presencia en el mercado interno y expandir las fronteras hacia la exportación. Y lo hace con la tranquilidad de quien sabe que ya ha cumplido varias metas, pero no deja de mirar hacia adelante.
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