31 de julio de 2025

Portal Agropecuario

El Campo por todos los medios

Carlos Amato y la pasión de La Callejera: sacrificios que dieron fruto en Palermo

Desde Carmen, Santa Fe, el productor ovino que soñó con pisar la alfombra de la rural y hoy celebra la Reservada Gran Campeona junto a su hijo

En Carmen, un pequeño pueblo cercano a Venado Tuerto, la vida rural se respira a diario. Allí está la cabaña La Callejera, propiedad de Carlos Amato, un hombre que hizo de la perseverancia y el sacrificio un camino para alcanzar sus sueños en la Exposición Rural de Palermo.

“Un nuevo Palermo me encuentra trabajando como tantos años, pero con distintas emociones”, confiesa Carlos, emocionado por compartir la experiencia con su hijo Joaquín, quien ya sigue sus pasos en la actividad ovina.

El origen de La Callejera es tan particular como entrañable. El nombre nació de una escuelita rural abandonada donde había estudiado su padre y, más tarde, él mismo junto a su sobrino. Cuando Carlos la pidió a la provincia para vivir allí, comenzó su proyecto. “Se llama La Callejera porque hasta el día de hoy cuido los animales en la calle, ya que el campito que tengo es muy chico”, cuenta.

Con apenas 26 hectáreas, donde siembra un poco de soja, maíz y alfalfa, maneja una majada de 170 madres de cabaña. Sus primeros animales se los adquirió a Edgardo Cardoso, de la cabaña La Virginia, en Runciman. Lo que comenzó como un hobby pronto se convirtió en un verdadero proyecto productivo. «Hoy es un negocio que me apasiona , es rentable, pero también exige estar todos los días en el campo”.

Su relato deja en claro el sacrificio diario que implica la actividad. “Con los ovinos hay que estar todos los días. Si llueve, si hace frío, aunque sea domingo o primero de año, siempre hay que salir. El que tiene campo y pasto puede mirar por la ventana, pero yo tengo que estar al pie del cañón”.

La organización familiar es clave. Su pareja, Mariela, y su hijo Joaquín forman parte de la rutina de trabajo. “Hace un par de años que mi hijo está conmigo, así que la actividad es continua y no alcanzan los tiempos. Pero todos ayudamos”, señala.

Carlos recuerda cómo cuidaba las ovejas en bicicleta o con una pequeña motocicleta, que luego reemplazó por una camioneta para enfrentar los días de frío y barro. “Los sacrificios siempre están”, resume.

Su meta, desde el inicio, fue llegar a Palermo. “Soñé con agarrar el bozal, pisar la alfombra y estar bajo el techo de Palermo. Para mí era como tocar el cielo con las manos”, recuerda con emoción. Esa meta se cumplió hace años, pero la ambición creció.

Este 2025, el esfuerzo tuvo recompensa: La Callejera obtuvo la Reservada Gran Campeona. “Solamente uno sabe lo que se siente por dentro y es inevitable emocionarse. Todos hacemos sacrificios, pero el mío es distinto. Llegar acá y sacar este premio ya está. Aunque, claro, uno siempre quiere más”.

Carlos no esconde su esperanza de lograr algún día el máximo premio. “Ojalá que algún día se me dé un Gran Campeón macho. Vamos a trabajar para eso. Pero siempre digo lo mismo: hay que estar preparados para perder. Si se da, se da. Y esta vez se dio”.

Con la ayuda de Joaquín, que según él está “muy enchufado”, La Callejera sigue creciendo. El sueño se renueva y la pasión por los ovinos en Carmen se multiplica.