
Al conmemorarse el 5 de octubre, el Comité Nacional de Defensa del Usuario Vial recordó el origen de la Ley de Vialidad y cuestionó el desvío de los recursos destinados al mantenimiento y construcción de caminos.
Un homenaje con reclamo
Cada 5 de octubre, Argentina celebra el Día del Camino y del Trabajador Vial, fecha instaurada en 1925 durante el Primer Congreso Panamericano de Carreteras, realizado en Buenos Aires.
En ese marco, el Comité Nacional de Defensa del Usuario Vial (CONADUV) emitió una nueva declaración en la que rinde homenaje a los pioneros de la vialidad argentina y, al mismo tiempo, denuncia el mal uso de los fondos específicos destinados a la infraestructura vial.
De los primeros caminos al nacimiento de la Vialidad Nacional
En la década de 1920, la red vial argentina era aún incipiente. Solo existían el antiguo camino pavimentado a La Plata, construido con granitillo importado de Suecia y Noruega, y el camino Morón-Luján, con pavimento de hormigón armado diseñado por el ingeniero Eduardo Arena.
El crecimiento del tránsito automotor fue vertiginoso: pasó de 180.000 vehículos en 1925 a más de 400.000 en 1930, generando una urgente necesidad de inversión en infraestructura.
Para hacer frente a esa expansión, el Gobierno Nacional impulsó un convenio con las empresas productoras e importadoras de nafta, que aportaban dos centavos por litro vendido. Así nació el primer fondo específico para la construcción de caminos, un modelo pionero de financiamiento vial que fue bien recibido por los consumidores.
Ese espíritu derivó en la Ley N° 11.658, promulgada el 5 de octubre de 1932, conocida como Ley de Vialidad, durante el gobierno del general Agustín P. Justo. Se trató de una normativa clave que dio origen a la Dirección Nacional de Vialidad (DNV), presidida por el ingeniero Justiniano Allende Posse, quien impulsó un ambicioso desarrollo de obras y caminos en todo el país
Un legado desvirtuado
El CONADUV lamentó que “aquellos sabios ejemplos no fueron imitados por las administraciones posteriores”, ya que los recursos viales comenzaron a ser desviados hacia otros fines, ajenos a su objetivo original.
Según la entidad, los fondos provenientes del Impuesto a los Combustibles —creados para financiar la construcción y mantenimiento de caminos— son utilizados por los distintos gobiernos para cubrir urgencias fiscales o financiar áreas como jubilaciones, vivienda, energía, ferrocarriles o subsidios sin relación con la infraestructura vial.
“El desvío de estos fondos constituye una defraudación a los principios legislativos que inspiraron su creación y una burla sistemática a los usuarios que los pagan”, advirtió el comité en su declaración.
El CONADUV remarcó que los millones de pesos recaudados anualmente en concepto de impuestos a los combustibles no llegan al destino previsto, lo que repercute directamente en el deterioro de las rutas, la inseguridad vial y la falta de mantenimiento en todo el territorio nacional.
Un llamado a la responsabilidad
En su mensaje, el organismo reiteró su pedido a las autoridades nacionales para que se recupere la finalidad original de los fondos viales y se garantice la transparencia en su administración, en homenaje a la historia y el esfuerzo de los trabajadores que construyeron el sistema vial argentino.
“El Día del Camino debe servir no solo para celebrar, sino también para reflexionar sobre la responsabilidad del Estado en el uso correcto de los recursos que pertenecen a todos los usuarios viales del país”, concluyó el comunicado.
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