Así lo revela un informe de la Universidad Austral, elaborado por el Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Empresariales con sede en Rosario, que repasa la economía del país en los 40 años de democracia.
Sobre la pobreza suma otro dato: en el primer semestre de 2023, Argentina presenta niveles más altos de pobreza que en el segundo semestre de 2001
El estudio repasa también otros indicadores de relevancia: PBI, desempleo, gasto público, inversiones, riesgo país e inflación. Con respecto a este último indicador, el informe destaca: Con picos hiperinflacionarios y un breve interregno sin inflación (convertibilidad), la mitad de los 40 años en Argentina experimentó una inflación anual superior al 25%. Y en julio de 1987, el nivel de inflación en Argentina era comparable al de julio de 2023.
Ana Inés Navarro, directora del Departamento de Economía de la sede Rosario Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral, elaboró el informe «Argentina en Números», un recorrido que analiza la economía del país en los 40 años de democracia basado en los indicadores: inflación, PBI, desempleo, pobreza, índice de Gini, gasto público, inversiones y riesgo país.
Argentina, a lo largo de cuatro décadas, ha sido testigo de una montaña rusa económica caracterizada por desafíos significativos. Desde picos hiperinflacionarios hasta períodos de estancamiento, el país ha experimentado una serie de altibajos que han dejado su marca en diversos indicadores económicos y sociales.
Uno de los puntos más destacados es la persistente lucha contra la inflación. Con picos hiperinflacionarios y una breve pausa durante la convertibilidad, Argentina ha enfrentado una inflación anual superior al 25% durante la mitad de estos 40 años. En julio de 1987, la inflación alcanzó niveles similares a los registrados en julio de 2023, destacando la crónica volatilidad en este aspecto clave.
La relación entre inflación y desempleo también revela una narrativa interesante. Aunque el desempleo ha sido relativamente controlado en comparación con otros desafíos económicos, la convertibilidad elevó el promedio de la tasa de desempleo, a pesar de mantenerse actualmente por debajo de la media histórica.
La pobreza, otro indicador crucial, ha mantenido niveles preocupantes. En el primer semestre de 2023, la tasa de pobreza supera incluso los niveles observados en el segundo semestre de 2001, marcando una persistente lucha contra la desigualdad económica.
La desigualdad, medida por el índice de Gini, revela una tendencia mixta. Aunque se observa una mayor igualdad en la distribución desde la crisis de 2002, el país se encuentra en niveles de desigualdad similares a los del comienzo de la democracia, según datos del Banco Mundial de 2022.
En cuanto al crecimiento económico, la Argentina ha enfrentado un estancamiento del producto bruto desde 2009, con una tasa de crecimiento anual promedio del 0,677%. A pesar de algunos momentos de optimismo, la incapacidad para generar confianza en los inversores ha dejado al país rezagado en comparación con sus pares latinoamericanos.
El gasto público del estado nacional ha sido un área de expansión notable, especialmente en el ámbito social, con un crecimiento que casi triplica los niveles de hace 40 años.
El estancamiento en las inversiones es otro desafío persistente. A lo largo de cuatro décadas, Argentina no ha logrado crear confianza duradera en los inversores, a diferencia de sus vecinos en América Latina.
En resumen, el análisis de estos datos revela una compleja red de desafíos económicos que han marcado la historia reciente de Argentina. Desde la inflación hasta la desigualdad y el estancamiento económico, el país se enfrenta a la tarea de abordar estas cuestiones fundamentales para forjar un camino hacia un futuro más estable y próspero.