11 de agosto de 2025

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Enrique Bertini: de un garaje rosarino a la defensa del perfil industrial argentino

Enrique Bertini y su misión de fortalecer la industria argentina

El presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola y titular de Bertini S.A. repasa la historia familiar que lo llevó a liderar una pyme de 100 empleados, el papel de la tecnología en el sector y su sueño de un país enfocado en generar trabajo.

Enrique Bertini habla con la calma de quien ha visto pasar crisis, transformaciones y logros sin perder de vista el origen. Ingeniero mecánico, padre de tres hijos, hincha de Rosario Central y presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola, también conduce Bertini S.A., una pyme familiar con base en el corazón productivo de Santa Fe.

Su presente está marcado por una doble misión: fortalecer el mercado interno y lograr mayor presencia en el exterior. “Queremos que la agricultura como ecosistema crezca en Argentina. Para eso trabajamos en conjunto desde la Cámara, generando acciones que nos permitan exportar más y, a la vez, consolidar lo que tenemos acá”, señala.

La empresa que dirige es heredera directa de un sueño forjado en un garaje. Su padre, inmigrante italiano, comenzó fabricando piezas en un pequeño taller del barrio. “La famosa historia de garaje”, recuerda Bertini. “Convivíamos con los fierros: la fresadora frente a la cocina, el torno en el garaje y piezas en la vereda. Así fue creciendo, compró la casa de al lado y amplió el taller. Hoy somos 100 personas, pero no abandonamos esa génesis”.

Bertini define a su compañía como “un sistema social”. No es solo industria: es investigación, desarrollo y manufactura integral, con un capital humano que incluye vecinos, familiares y trabajadores que han pasado por dos generaciones. “Las pymes devuelven a la sociedad algo más que un producto. Dan trabajo digno, sentido de pertenencia y orgullo”, asegura.

Sobre los vaivenes de la economía argentina, reconoce que lo más duro para un industrial es tener que reducir personal. “El ADN industrial busca generar más trabajo. Cuando eso no se puede, duele. Siempre intentamos aguantar lo máximo posible”.

Lejos de ver a la tecnología como enemiga del empleo, Bertini defiende su incorporación. “Cuando sumamos robots de soldadura, lejos de reducir personal, tuvimos que contratar más gente para alimentar esas líneas de producción. La tecnología mejora calidad, seguridad y tiempos, y termina generando nuevos puestos de trabajo”.

Al pensar en el futuro, no duda: “La maquinaria agrícola no tiene techo, tiene transformación. El desafío es leer esos cambios”. Y sobre sus sueños, se pone serio: “Quiero una Argentina que trabaje para un mismo lado. La industria es parte de la solución: generar empleo y oportunidades, no dádivas. Nunca tuvimos un perfil industrial sostenido en el tiempo. Me gustaría que eso cambie”.