27 de julio de 2025

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El Campo por todos los medios

Juan Grassi, el dirigente que madruga por la genética y sueña con un gran campeón


Desde Los Quirquinchos, combina trabajo, campo y gestión institucional al servicio de la raza Hampshire Down. “Se deja mucho de lado, pero es una pasión”, confiesa.

Juan Grassi se despierta antes que el sol. No por romanticismo rural, sino porque el tiempo no le sobra. A las 6 de la mañana ya está atendiendo asuntos de la asociación, antes de ir a su trabajo en una empresa. Al mediodía, en lugar de almorzar tranquilo, se mete de lleno en el campo, en su cabaña Lourdes, al sur de Santa Fe. Y luego, entre reuniones, mensajes y visitas a los animales, le va encontrando lugar a todo lo demás. “Se arranca muy temprano y se termina muy tarde”, dice, sin quejarse. Lo vive como lo que es: una vocación.

La suya no es una historia heredada de linaje ovino. “Mi abuelo era productor porcino, mi viejo se dedicó a la agricultura y ganadería, pero lo ovino lo empecé de cero”, explica. Con exposiciones en la cabeza y una atracción particular por las ovejas, se fue abriendo paso a fuerza de prueba y error. “Al principio costó más porque no venía del palo, pero los amigos que fui haciendo en la raza me ayudaron muchísimo”, agradece.

En Cabaña Lourdes trabajan con unas 50 madres y el enfoque está puesto exclusivamente en la genética. “Consumo hacemos muy poco”, aclara. Su día a día se reparte entre la producción, la empresa en la que trabaja, y un compromiso dirigencial que se convirtió en parte central de su vida.

“Creo que entró un grupo con muchas ganas de trabajar y los resultados están a la vista. Se hacen las cosas con seriedad y mucho compromiso. Detrás de cada logro hay horas robadas al campo y a la familia”, reconoce. El Congreso Mundial, el curso de jurados, la presencia institucional en Palermo: cada uno de estos pasos lo enorgullece.

Grassi no tiene tiempo para grandes discursos, pero sí para sueños concretos. “Hoy sueño con tener un gran campeón en Palermo. Y, en lo personal, con seguir sosteniendo esta familia que me apoya siempre. Eso es mi orgullo”, afirma.

A veces, el motor no está en lo que se gana, sino en lo que uno está dispuesto a entregar.