
En el corazón de la Expo Otoño de Angus que se desarrolla entre el 19 y el 23 de mayo en la Sociedad Rural Argentina, un espacio distinto late con fuerza propia. Se trata del “Mini Angus”, un rincón especialmente pensado para que los más chicos se acerquen, se diviertan y también aprendan. Detrás de esta iniciativa está Virginia de Jesús, integrante de la Asociación Argentina de Angus, quien vive esta experiencia con una emoción que contagia.
“Este es nuestro segundo año con Mini Angus”, cuenta Virginia con una sonrisa. Y agrega: “La idea es que los chicos tengan un lugar, que quieran venir a la exposición, que se entretengan, pero no solo como un depósito de chicos. Queremos que participen en actividades relacionadas con la Expo, que digan con ganas: ‘¡Quiero ir a la Expo!’”.
Durante la jornada, los pequeños visitantes pintan, fabrican máscaras, participan de talleres de maquillaje artístico y hasta hacen banderines, que luego entregan a los grandes campeones cuando se consagran. El año pasado, los talleres incluían la confección de cucardas. Este año, además, se sumó una propuesta que despertó entusiasmo y vocaciones: el Mini PrensAngus, donde los chicos juegan a ser periodistas. “Son mini periodistas”, dice Virginia con orgullo.
Pero la conexión no termina en el predio. “Nos mandan fotos después, en sus casas, con la remera del Mini Angus puesta, sopleteando un toro de mentira, poniéndole cucardas a los muñecos… hacen lo mismo que acá, pero en casa”, relata emocionada. La idea de sembrar identidad ganadera desde la infancia, jugando, parece estar dando resultados.
Virginia vive esta semana como si fuera una fiesta personal. “Me emociona mucho. Soy un niño más cuando se trata del Mini Angus”, confiesa. No solo acompaña la actividad: la piensa, la organiza y la vive intensamente. “Estoy desde antes de que abra la muestra hasta después de que cierra. Es un trabajo en equipo. Hay dos maestras trabajando en el espacio, pero también todo el staff de Angus colabora para que esto funcione”.
Mini Angus no es solo un lugar para chicos. Es una semilla, una experiencia que busca vincular a las nuevas generaciones con el mundo ganadero desde el juego, la creatividad y la participación. Una apuesta por el futuro, gestada con pasión desde el presente.