Indecar pisa fuerte con innovación argentina: sembradoras que cambian el juego en el campo


El fundador de Indecar apuesta por la innovación tecnológica, el desarrollo industrial y la formación de jóvenes equipos en un modelo productivo que mira más allá de los fierros.

«Venimos así y hemos pasado distintos gobiernos. Hoy me siento cómodo trabajando. Es la verdad». Con esa frase sincera, Gastón Ricardo resume una filosofía empresarial que combina tecnología, industria nacional y optimismo. El fundador y CEO de Indecar, empresa dedicada a la fabricación de sembradoras y maquinaria agrícola, habló sobre su presente, sus desarrollos y su mirada a largo plazo.

Sembrar sin “chancho”, una revolución de precisión

Ricardo explicó que el diferencial de su sistema está en lo que denomina “dosificación línea a línea”, un desarrollo propio que permite sembrar evitando la competencia entre plantas. “Cuando ponemos dos semillas juntas, se pelean. Eso baja el rinde. Con nuestro sistema, cada planta tiene su espacio. Y eso se traduce en más rendimiento», aseguró.

Indecar logró implementar esta tecnología en su sembradora NEO, que ya está en funcionamiento en el campo y muestra resultados concretos. “Hicimos pruebas con el INTA y obtuvimos entre 500 y 800 kilos más por hectárea en soja, solo por mejorar la distribución de la semilla”, afirmó.

El sistema también permite fertilizar al mismo tiempo que se siembra, eligiendo la profundidad y ubicación del fertilizante respecto de la semilla. Y es compatible con distintos tipos de cultivos: desde microgranulados hasta maíz, soja, trigo o alfalfa.

Crecimiento sostenido y boca a boca

El impacto de la tecnología desarrollada por Indecar se refleja en los números. “Este año ya hicimos 38 boletos de NEO. Hay más de 150 máquinas en el mercado. El boca a boca nos trajo mucha demanda. Tuvimos que poner doble turno en la fábrica por primera vez en 20 años”, contó Ricardo, visiblemente orgulloso.

El éxito también se extiende a su modelo Guerrera Auto Sid, probado en maní con resultados tan destacados que una empresa semillera evalúa incorporarlo a su red de contratistas.

Tecnología también para las máquinas usadas

Indecar también avanza en el desarrollo de tecnología para retrofit de sembradoras usadas. “Somos parte de BAF, que hace monitores, piloto automático, corte línea a línea. Podemos reconvertir cualquier marca, aunque vemos que muchos prefieren vender y comprar nuevo”, explicó.

Centro agrotecnológico y alianza con empresas

El empresario remarcó el crecimiento del centro agrotecnológico experimental que fundaron en Carmen de Areco. Ya participan empresas como Bioceres, Stein y Playtech. “Estamos construyendo una planta de acopio y otra de alimento balanceado”, detalló.

Visión de mercado: libre comercio y precios justos

Consultado por la medida del gobierno que habilita la importación de maquinaria usada, fue claro: “Me parece fenomenal. Mientras me dejen importar insumos sin trabas, baja el costo y bajamos los precios. Una NEO PLAN hoy vale 70.000 dólares menos que en diciembre. Y tenemos más trabajo que nunca”, sostuvo.

Ricardo también cuestionó la distorsión de precios: “Una cosechadora vale 40% más acá que en Uruguay. Eso no tiene lógica. El libre mercado va a emparejar eso”.

Inteligencia artificial: potencial más que presente

Sobre el impacto de la inteligencia artificial en el agro, fue prudente. “Todavía no llegó. Se habla mucho, pero no hay algo concreto que podamos decir ‘esto es gracias a la IA’. Creo que falta camino”, opinó.

Del derecho a la metalmecánica

Contador público, abogado, profesor de la UBA y autor de un libro sobre impuestos, Ricardo comenzó su vínculo con el agro como asesor de grandes empresas. “Empecé haciendo tanques de gasoil como hobby. Hoy tenemos una fábrica de 10.000 m², la estamos ampliando, y trabajamos en una fertilizadora y fumigadora autopropulsada”, reveló.

Devolver lo aprendido

Orgulloso de su rol como docente, sostiene que compartir conocimiento es clave: “No creo en el egoísmo. Si puedo transmitir algo que yo sé para que otro lo haga, lo hago. Me hace bien. No soy Dios, todos pueden hacerlo”.

Sueños que se renuevan

Ante la última pregunta —¿con qué sueña hoy?— no dudó: “Sueño con seguir haciendo lo que hago. Eso es lo que me da vida”, dice, y lo dice en serio. Su historia no es solo la de un empresario exitoso, sino la de un soñador incansable que cree en el trabajo, en los equipos jóvenes, y en devolverle al país lo que aprendió.

Desde un galpón con piso de tierra hasta sembradoras patentadas que compiten con gigantes globales, la historia de Indecar es también una metáfora del agro argentino: talento, esfuerzo y visión, sembrando futuro en cada hectárea.