
La Red Nacional de Productores Autoconvocados se manifestó duramente contra el gobierno respecto a los incendios en Corrientes en particular y al manejo económico en general.
Comunicado :
Corrientes nos necesita. Es el mismo Corrientes que nunca ha mezquinado su sangre y coraje gaucho al servicio de la Patria… el de los veteranos de Malvinas y la lucha contra la subversión… el que se hizo y se hace a caballo… el que ha llenado de trabajo y destreza las estancias de todo el país.
Lanzamos nuestro grito por Corrientes y un clamor de ayuda a todos: al Ejército Libertador, a los bomberos voluntarios, a la policía, a los demonizados aeroaplicadores privados que con limitaciones y peligros deben operar como improvisados aviones hidrantes en un país que no los tiene.
Es el Corrientes que ha parido a San Martín y al Sargento Cabral; el de la «nueva raza» hispano guaraní orgullosa de lo uno y de lo otro -que debe ser el molde de la auténtica raza originaria de este suelo: la argentina-; el de los Jesuitas que enseñaron la práctica de las quemazones controladas en invierno para evitar incendios descontrolados en verano y mantener pastos cortos, verdes, no inflamables todo el año. Práctica cuya demonización, hostigamiento y abandono es también causa de lo que se evitó durante siglos y no se puede evitar ahora.
En Corrientes no solo se incendian los campos; arden las mentiras que por años encubrieron la rapiña y la voluntad excluyente de sumar puestos y vivir del estado. Han llenado el país de observatorios y protecciones y demoran semanas en tomar nota de una tragedia devastadora.
En Corrientes crepita el «Estado Presente» que nos ahoga con impuestos expulsando a la gente de los campos y descapitalizando a los productores (otra de las causas). En Corrientes se ve en tiempo real lo que en todos lados ocurre en cámara lenta: la desoladora imagen del abandono de las viñas en Cuyo y de los perales y manzanares en Río Negro, por ejemplo.
En Corrientes se incineran los discursos donde birome mediante se crean empresas estatales de alimentos y se propician milagros económicos a puro bolazo como el reciente «Régimen de fomento al desarrollo agroindustrial federal, inclusivo, sustentable y exportador (SIC)».
De las cenizas de la mentira nace la voluntad de asumir nuestro destino sin estado presente, sin nodrizas amamantadoras, sin retenciones e impuestos confiscatorios, sin desdoblamiento cambiario y sin ampulosas representaciones truchas patrocinadas por el mismo gobierno como el Consejo Agroalimentario Argentino y otros sellos de goma.
Con menos intermediarios públicos y privados los argentinos sabremos que hacer como ocurría en tiempos donde con pocos impuestos nos organizábamos para fundar clubes y ateneos, crear cooperativas y sociedades de ayuda mutua, construir la iglesia y su escuela aledaña y prevenir catástrofes o enfrentarlas. No es oportunismo.
Es ahora o nunca. Es ayudemos a Corrientes y tomemos el toro por las astas para que lo que se veía venir no venga más.
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