Denuncian a exportadores de ajo por irregularidades en operaciones

Se detectaron ventas al exterior de más de 18.000 toneladas por unos US$19 millones.

La Aduana denunció a exportadores de ajo que no contaban con capacidad económica y financiera para realizar operaciones, pero aún así lograron vender al exterior más de 18.000 toneladas por unos US$19 millones.

Puntualmente, el organismo detectó el accionar ilícito de un exportador de ajos, constatando que la empresa no contaba con respaldo económico, financiero y patrimonial para el volumen de producción y venta que declaraba.

El análisis de la Aduana encontró inconsistencias entre la facturación emitida y recibida, así como también una diferencia entre ésta y sus acreditaciones bancarias. Asimismo, el exportador no liquidó en el país más del 96% de las divisas de las operaciones, que permanecieron en Brasil, país de destino de la mercadería.

En consecuencia, el organismo realizó la denuncia correspondiente ante el Juzgado Federal de Mendoza e incluyó a la firma (cuyo nombre no se informó) en la base de datos de
contribuyentes no confiables; además, se le inactivó el número de CUIT.

En otro caso similar, agentes aduaneros detuvieron en la ciudad de Buenos Aires un camión proveniente de la provincia de Mendoza con 27.500 kilos de ajos morados por un valor declarado de US$27.500; su destino final era Brasil.

La Aduana explicó, en un comunicado, que al analizar la documentación presentada, se comprobó que este exportador se encontraba en la base de contribuyentes no confiables, por lo que no correspondía dar curso a la exportación, dada su falta de capacidad económica y financiera.

En efecto, la mercadería fue secuestrada y la Aduana realizó la debida denuncia penal por lavado de activos.

Diferentes procedimientos llevados a cabo por ese organismo a nivel nacional resultaron en la aplicación de medidas disciplinarias-administrativas y la suspensión preventiva de 18 exportadores de ajo del registro de importadores y exportadores, se informó oficialmente.

Escrito por Gerardo Choren