
Situación climática actual en Argentina
Leo De Benedictis, meteorólogo de la consultora AZ Group, informó sobre la situación climática en el país, destacando la irregularidad de las precipitaciones en un contexto de altas temperaturas. Tras una primera quincena de enero sin lluvias, la segunda mitad del mes ha mostrado dos aspectos clave: por un lado, el intenso calor y, por otro, una atmósfera cargada de humedad en el centro y norte de Argentina.
Durante la primera quincena de enero, la humedad se concentró en el oeste del país, favoreciendo lluvias en Cuyo, el noroeste argentino y algunos sectores del oeste de Córdoba. Sin embargo, en la segunda quincena, la humedad se ha distribuido de manera irregular en el centro y norte, generando condiciones propicias para el desarrollo de tormentas aisladas de variada intensidad.
Lluvias y temperaturas: pros y contras
De Benedictis explicó que la combinación de temperaturas elevadas con la presencia de humedad favorecerá la ocurrencia de lluvias en los próximos días. No obstante, la distribución espacial será desigual, con áreas que recibirán precipitaciones abundantes y otras que quedarán al margen.
A pesar de la irregularidad, la recurrencia de eventos húmedos a lo largo de varios días podría mejorar progresivamente la situación hídrica en diferentes regiones. Sin embargo, la falta de uniformidad seguirá siendo una preocupación para el sector agropecuario.
Perspectivas para febrero: más lluvias, pero también altas temperaturas
En cuanto al mediano plazo, el meteorólogo señaló que febrero muestra una tendencia más favorable en términos de precipitaciones. Si bien no se espera que alcance los niveles óptimos de la primavera pasada, las lluvias podrían ubicarse por encima del promedio en sectores clave como el Litoral y el norte de la provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, persisten dos factores negativos: las altas temperaturas, que continuarán siendo una constante, y el hecho de que las lluvias lleguen tarde para muchas regiones donde las pérdidas agrícolas ya son irreversibles.
Conclusión
Si bien enero ha mostrado una mejora en las precipitaciones respecto a su primera mitad, la distribución desigual sigue siendo un reto. Por su parte, febrero podría traer un panorama más alentador en cuanto a lluvias, aunque el calor extremo seguirá representando un desafío para la producción agropecuaria.