
Carlos Marin Moreno de la Consultora AZ Group comento que con el inicio de un nuevo año, las incertidumbres sobre cómo planificar el negocio agropecuario vuelven a estar en el centro de la escena.
En tal sentido, planteo que Jeremías Batistoni, analista de la consultora , habia publicado un informe que pone foco en los principales desafíos económicos y estratégicos que enfrentarán los productores agrícolas durante los próximos meses.
Uno de los puntos centrales del análisis es el impacto de los costos de estructura. Combustibles, labores, fletes, impuestos y gastos fijos han aumentado significativamente en dólares en los últimos años. Según Batistoni, estos costos, que anteriormente se licuaban con la inflación y las devaluaciones, ahora están afectando directamente los márgenes agrícolas, en combinación con la caída de los precios de los granos.
“Hoy en día, los productores deben entregar entre un 40% y un 60% más de granos para cubrir los mismos costos que el año pasado”, afirma el consultor. Esto implica la necesidad de reestructurar el enfoque del negocio agrícola y poner especial atención en aquellos rubros que tienen un impacto directo sobre el resultado final.
Precios y optimización de recursos
En cuanto al mercado de granos, el informe proyecta un escenario de precios relativamente estable, similar al actual. Frente a esta situación, la clave estará en afinar la gestión operativa para reducir costos. Batistoni sugiere trabajar en detalles como ahorrar entre 5 y 10 dólares en fletes o evaluar si es más eficiente operar con maquinaria propia o contratistas.
Además, enfatiza la importancia de evitar gastos comerciales innecesarios, como el almacenamiento en bolsas, que puede sumar entre 10 y 15 dólares por tonelada, una cifra significativa en un mercado con márgenes ajustados.
Estrategias frente a las retenciones y la gestión financiera
Otro de los dilemas que enfrentarán los productores es si conviene o no retener granos de la cosecha vieja y nueva, a la espera de una baja de retenciones o una devaluación. Si bien esta estrategia fue efectiva en el pasado, Batistoni advierte que las condiciones actuales no favorecen esta conducta. “La estabilidad del dólar y la falta de una fecha concreta para la baja de retenciones han hecho que quienes optaron por este camino en los últimos meses hayan perdido capacidad de compra”, sostiene.
Por último, el informe resalta la necesidad de prestar atención a la gestión financiera. Con tasas de interés positivas en pesos y dólares, endeudarse ya no puede ser visto como una herramienta para enmascarar ineficiencias. “Hoy más que nunca, es imprescindible usar los préstamos de manera estratégica, asegurando un impacto positivo en la rentabilidad del negocio”, concluye Batistoni.
Un año de ajuste y estrategia
El 2025 se perfila como un año de ajustes finos y decisiones estratégicas para el sector agropecuario. La clave estará en comprender las nuevas dinámicas del negocio, optimizar recursos y mantenerse atentos a los cambios del contexto económico y político que puedan influir en el resultado final de las explotaciones agrícolas.