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» Hasta siempre querido amigo

«Hoy me toca escribir la noticia que nunca hubiera querido dar: «Se nos fue Daniel Valerio».

Nunca te lo dije en profundidad, pero fuiste para mí un mentor, un «sensei».

Me abriste las puertas de Perfil y me permitiste escribir durante mucho tiempo y formar parte de un enorme equipo de trabajo, que por aquel entonces formaban Lorena Rodríguez, Roderic Mac Lean, Luis Machado, Federico Mayer, los editores, los fotógrafos. Ahí conocí al gran Melone.

Fuiste un hombre que no solo ejercía el periodismo, sino que lo vivía con una pasión contagiosa. Te nos fuiste a los 74 años, dejándonos un legado que va más allá de las palabras. Porque vos no escribías noticias: contabas historias con el alma.

Como ingeniero agrónomo de formación y periodista de corazón, supiste traducir el lenguaje del campo en crónicas honestas y comprometidas. Te conocí en Clarín Rural, donde eras el alma máter junto a Héctor Huego de ese suplemento rural.

Luego te fuiste detrás de un sueño: hacer campo para el nuevo diario Perfil, que lamentablemente duró poco, pero tus condiciones hicieron que fueras nombrado en la dirección de la revista Súper Campo. Tu pluma no solo informaba, sino que defendía con convicción las verdades del agro y de su gente.

Tu amor por la tierra te llevó a Malargüe, Mendoza, donde encontraste tu lugar en el mundo. Allí, entre paisajes que te recordaban tu esencia, diste vida primero a Kiñe, un proyecto que reflejaba tu espíritu emprendedor e incansable. Porque no te podías quedar quieto.

Te vi caminar por ferias, recorrer caminos polvorientos para escuchar a los productores, compartir un mate con amigos de toda la vida, como Norberto Melone, con quien forjaste una hermandad de palabras y de ideas en Editorial Perfil.

Juntos, en 2012, encararon «Pool de Periodistas», un espacio de trabajo colectivo que llevó la cobertura agropecuaria a otro nivel.

Aun en tus últimos días, seguiste planeando la cobertura de Expoagro 2025. Porque así eras, Daniel: un periodista que nunca dejó de luchar, que nunca dejó de creer en el poder de la palabra para construir un país mejor. Se va un hombre de principios, un amigo, un luchador.

¡Si habré disfrutado tus encontronazos por diferencias políticas con Juan Carlos Fola! Pero siempre desde el respeto, porque antes que nada eran amigos entrañables.

Me dejás tu ejemplo, pero también una tristeza enorme. Pero también me dejás tu legado, y en él, la certeza de que tu voz seguirá resonando en cada historia que me anime a contar con la misma pasión que vos me enseñaste.

Hablamos un día antes de la infausta noticia. Nunca antes te había escuchado tan sereno, pero con enormes ganas de seguir generando proyectos. Porque así eras: un soñador, un enorme luchador, un profesional de la hostia, del cual pude aprender cada día. Pero, por sobre todas las cosas, un amigo de tus amigos.

Hoy te recuerdan muchos colegas con dolor. Hoy, Norberto Melone, Roderick Mac Lean, Juan Carlos Fola y yo te despedimos con lágrimas, pero con un hasta siempre, porque vas a seguir viviendo en nuestros corazones.

Dios ilumine a tus hijos y los ayude a superar tanta tristeza.

Hasta siempre, querido amigo.

Horacio Esteban