Por Leonardo De Benedictis . meteorólogo Consultora AZ Group
La situación climática para los próximos meses presenta un panorama más alentador, según las últimas actualizaciones de los modelos globales. La posibilidad de un evento de «La Niña» ha disminuido considerablemente, quedando ahora en una circulación neutral fría, similar a una fase débil del fenómeno. Esto implica un menor impacto en las precipitaciones y mejora las condiciones para los meses venideros.
Sin embargo, enero y febrero continúan siendo meses críticos. Aunque el riesgo de un evento fuerte de «La Niña» es bajo, las precipitaciones podrían mantenerse por debajo de los niveles medios en algunas regiones, lo que exige cautela, especialmente en sectores agrícolas y zonas vulnerables.
En términos de lluvias, octubre y noviembre han mostrado una tendencia favorable, con mejoras significativas en los acumulados, y se espera otro pulso de precipitaciones en el corto plazo. A pesar de estos avances, no se prevé una abundancia de agua, por lo que cualquier período de altas temperaturas podría intensificar el déficit hídrico debido a la elevada tasa de evaporación.
Por otro lado, el calor será protagonista del verano. Enero, en particular, apunta a registrar varias olas de calor, con temperaturas ligeramente por encima de los promedios históricos. Estos episodios, combinados con posibles períodos secos, podrían generar desafíos significativos en términos de manejo de recursos hídricos y condiciones para las actividades agrícolas.
En síntesis, aunque el pronóstico muestra una mejora respecto a meses anteriores, el clima sigue demandando vigilancia. El verano traerá retos relacionados con temperaturas elevadas y precipitaciones limitadas, pero las perspectivas generales son más optimistas en comparación con el inicio del año.