En las administraciones públicas, como es el caso de la Secretaría de Agricultura, es bien conocido que la mayoría de las veces los hombres que secundan a quien ejerce el cargo mayor no le pertenecen políticamente. Más bien son propuestos y a veces impuestos por aquellos que están un escalón más arriba que el funcionario que conduce.
Esta situación no es buena ni mala en tanto ni en cuanto no genere a través de desavenencias, o ninguneos que la política pública que debe impulsarse parar llevar adelante el desarrollo de una actividad se frene o que en el peor de los casos entre en un cono de sombras .
Tal es el caso de la Dirección Nacional de Lechería que con el correr de los meses y de los años fue corrida literalmente del debate de ideas, del consenso de propuestas, y se convirtió , muy a pesar de su Director Nacional , en una » patrulla pérdida» .
Cabe aclarar que la posición del que escribe no es en defensa del funcionario olvidado , sino por el contrario demostrar porqué muchas veces el estado se vuelve ineficiente , envuelto en sus propias internas y lejos de aquellas premisas con las cuales se sale adelante: Decisión política, gestión, vocación de servicio y honestidad.
Más allá de la consideraciones personales que se puedan hacer sobre el funcionario de turno , Arturo Videla, quien ya había ejercido el cargo en otro momento de la administración kirchnerista demostró tener una buena relación con los sectores allegados a la producción, a pesar de los escasos logros que se pudieron poner en marcha por olvido involuntario del secretario de turno.
Si bien desde algunos ámbitos productivos se planteó porque no dejaba el cargo sino podía conseguir beneficios para el sector, también es cierto que las peleas hay que darlas desde adentro , por lo menos para intentar que algo cambie.
Lamentablemente el caso de la lechería no es el único que ocurre en estoS ámbitos pero que muestran a las claras que la mirada siempre es de faros cortos, nunca de vision de cadena, de integración y en particular de defender al eslabón más débil que es el tambero, en particular el del pequeña y/o mediana escala.
Parece mentira que después de tantas crisis, de tanto ver fundirse productores tamberos, no se encuentre la solución a un sector de características tan particulares dentro del ámbito productivo como es la lechería.
Son tan malas las administraciones publicas , que no solo ejercen el poder a espaldas de quienes supuestamente dicen defender ,sino que también dejan de lado a sus propios hombres que se entiende que como aquella joyería tan famosa cuyo eslogan publicitario difunde Mirtha Legrand » es de mi confianza»
Adjuntamos el informe de gestión por si el Secretario no lo leyó. Usted me dirá » eh, pero ya es tarde, si ya se van «. No importa , si se quiere siempre se aprende algo nuevo o se reconocen los errores cometidos.
Que paradoja no , el Secretario es productor lechero, parece que » no hay peor cuña que la del mismo palo»